Así que seguí moviendo mi vaca a ver qué pasaba si la ponía en otro lugar. Miren todo los bonos que da la vaca si la acerco a los comercios!
¡Si la acerco a las casas y edificios también me da bonos!
La lógica de esto es un poco ilógica, pero ocurre que tanto las cercas como los animales funcionan como cualquier otro elemento de decoración (como si fueran flores, digamos), y por lo tanto no nos darán nada cerca de los graneros, las plantaciones ni los edificios públicos.
Tendré que reestructurar mi ciudad y -en haras de la coherencia- armar un pueblito rural al que acercar corrales y animales.
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